A continuación, vamos a comentar una serie de orientaciones, recomendaciones y actuaciones para corregir las conductas de los más pequeños.
- Resaltar éxitos y conductas positivas. Reafirmar de manera muy positiva los logros del/la niño/a cada vez que tenga un comportamiento correcto y adecuado. Se debe comenzar a elogiar cada pequeño paso dado por el niño hacia la conducta deseada. Para los niños los elogios pueden ser abrazos, besos y otras muestras de afecto junto al mensaje verbal correspondiente, no deben ser refuerzos materiales.
- Ser consecuentes. Los niños, cuando nacen, no tienen conciencia de lo que es bueno ni malo, somos los adultos los que debemos de enseñarles lo que está bien y lo que está mal.
- Cumplir las promesas o consecuencias establecidas. Cada promesa o consecuencia no cumplida es un paso atrás en su autoridad. Por ello, las promesas y consecuencias deben ser realistas, es decir, fáciles de aplicar y cumplir.
- Consenso y complicidad. Es necesario que todos los miembros de la familia, apliquen las mismas pautas a la hora de enseñar al pequeño buenos hábitos de conducta.
- Proporcionar al/la niño/a modelos de conducta controlada que le adviertan que toda conducta agresiva o caprichosa no resulta beneficiosa.
- Evitar comportamientos de sobreprotección que nos lleven a ceder u otorgar los deseos del/la niño/a. Los niños son muy intuitivos e inteligentes, saben cuándo y con quién pueden conseguir lo que desean, por ello es importante mantenerse firmes y no ceder. Esta sobreprotección solo tendrá efectos negativos en el desarrollo del niño.
- Establecer normas y límites. Existen dos tipos de normas o límites: normas relacionadas con los hábitos y rutinas (la hora de levantarse, de comer, de hacer las tareas, de ver la tv...) y normas relacionadas con la convivencia (no se pega, las cosas se piden por favor...). Características para que los límites tengan efectos en la conducta:
- Claridad. Cuando se dan instrucciones al niño es importante ser claro y preciso.
- Coherencia. Un padre que riñe a su hijo por un determinado comportamiento debe hacerlo siempre que lo detecte de nuevo. Es importante tener en cuenta que en esta etapa los niños suelen imitar las conductas tanto de mayores como de la tv, no sería correcto desaprobar una conducta que contempla de forma habitual.
- Concisos y concretos. Los niños han de tener referentes y límites estables. Una vez que se ha decidido actuar, la primera regla que se debe respetar es la del "NO". El "NO" es innegociable. Los niños son muy hábiles para obtener el perdón de los mayores.
- Con-tacto. Debemos ser firmes, pero siempre actuando con mano izquierda, mostrando respeto y cariño.
- Ignorar las conductas inadecuadas, no perder los nervios ante determinadas situaciones y mantener la calma. Si se ignora el comportamiento inadecuado cada vez que se produzca, el niño dejará de actuar de ese modo, porque no obtiene los resultados que esperaba, ya que habitualmente los niños solo buscan llamar la atención. No se pueden ignorar conductas peligrosas o intolerables (agredir, faltar el respeto, insultar...) Es fundamental que se acuerde entre los adultos las conductas que se pueden y no se pueden ignorar.
Como hemos comentado al principio, cada niño es un mundo, por lo tanto no existen técnicas efectivas 100%. Sin embargo, os vamos a dejar algunas de las técnicas más empleadas por los psicólogos infantiles para corregir o moldear la conducta.
- Técnica del disco rayado. Consiste en responder de forma adulta con la misma frase una y otra vez, independientemente de lo que diga el niño. Después de la conducta inadecuada se le explicará una vez la decisión que se ha tomado de forma razonable y, a continuación, como respuesta se le repite lo mismo de forma corta.
- Economía de fichas. La técnica consiste en crear una tabla con todos los días de la semana, una columna de la conducta a trabajar y otra de las consecuencias o recompensas. Para que los resultados sean eficaces y efectivos es importante explicarle bien al niño en que va a consistir esta actividad. Se deben definir con el niño las conductas a reforzar cada semana, empezamos de menos o más conductas, aumentando de manera progresiva cada semana. Además, también se acordarán de manera conjunta las recompensas y consecuencias, las cuales tendrán que aplicarse inmediatamente al finalizar la semana.
- Las recompensas ante las conductas deseables actúan como refuerzos que producen que el niño se sienta bien por lo que ha hecho y desee repetirlo a menudo. Es conveniente que las recompensas no sean cosas materiales, sino planes familiares o actividades que le gusten al niño. Hay que variar de recompensas con el paso del tiempo para que no pierdan su atractivo. No debemos hacer promesas que no podamos cumplir, ni hacer cambios sin comentárselo al niño.
- Consecuencias. Si el niño no consigue las caritas felices acordadas, esto debe tener una consecuencia a final de semana. Las consecuencias será la retirada de cosas que al niño le guste hacer, por ejemplo, ver la tv.
- Técnica del rincón de pensar. Se establece un rincón de pensar en la vivienda, decorándolo de manera conjunta con motivos relajantes. Cuando el niño hace una conducta inadecuada se le manda durante unos minutos al rincón para que tome conciencia de su actuación, retirándolo de una determinada situación para que no pueda recibir atención. El niño debe permanecer en el rincón tantos minutos como años tenga. Si la duración es muy larga puede provocar resentimiento en el niño y no se produce la mejora del comportamiento.
Desde el Departamento de Orientación quedamos a vuestra disposición si necesitáis consejo sobre algún tema relacionado con los hábitos y conductas de vuestros hijos.
Un cordial saludo,
Equipo del Departamento de Orientación.
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